En el mes de abril donde se conmemora el Día Mundial de la Seguridad y Salud en el trabajo, profesionales del Servicio de Cirugía Reconstructiva y Quemados del Instituto de Previsión Social, manifiestan que las lesiones y accidentes laborales más frecuentes, que tratan desde este servicio, son las ocurridas en las industrias, accidentes por máquinas, aplastamientos, quemaduras por aparatos eléctricos, y otros accidentes de cortaduras que conllevan a amputar inclusive el miembro dañado y los derivados de accidentes de tránsito donde también hay pérdidas de sustancias desde la piel (quemaduras) y parte ósea (fracturas).
La función como médicos es devolver y reparar la zona afectada de manera que puedan nuevamente rendir en sus respectivos puestos de trabajos, si es posible, o por lo menos, si queda con alguna secuela funcional importante puedan hacerlo en un ambiente de menos trabajo.
Se trabaja coordinadamente con los profesionales del servicio de traumatología y que de todos los pacientes que se atienden en el servicio el 30% son obreros accidentados en sus lugares de trabajos.
El seguro social del IPS cubre el tratamiento integral que el paciente requiere como la cirugía plástica reconstructiva que oscila un elevado costo en el sector privado y que está considerada entre una de las súper especialidades en el sentido de costos y de complejidades que tiene el seguro social y prácticamente es el único en el país que tiene estas características en cuanto a tecnología y a formación académica de todos los médicos integrantes.
Quemaduras eléctricas en mayor número y gravedad
“La filosofía de la cirugía plástica es no dañar más porque son pacientes curados y nuestra tarea es reconstruir la zona afectada y devolverles así su reinserción en la sociedad con el menor complejo”, afirmó el Dr. Derlis Mussi, cirujano plástico de la previsional.
A su vez, indicó que las quemaduras eléctricas en el servicio aumentaron exponencialmente siendo Paraguay el país con más pacientes en la región con 9% de casos en comparación a los demás países vecinos con 2,5% debido a las escasas medidas preventivas en el manejo de alta tensión sobre todo en personas quienes trabajan en ese rubro.
Para ellos cada caso, cada paciente, cada cirugía, es un desafío atendiendo que la electricidad sigue actuando dentro del organismo hasta 10 días posteriores al evento del accidente eléctrico. Se presentan casos muy graves y en los procedimientos resueltos han podido obtener resultados satisfactorios luego del estado crítico.
