La estación de la primavera que inicia el 21 de setiembre, a la par de traer sus flores y su encanto especial, también trae consigo rinitis, conjuntivitis o sinusitis. Se sabe que, con la llegada de las flores, aumenta la producción de polen, partícula que causa efectos alérgicos a un porcentaje importante de la población.
“En esta época de año hay un solapamiento de enfermedades alérgicas y enfermedades infecciones, ahí entra a tallar el virus sin sitial respiratorio, la influenza virus, todos los virus que de alguna u otra forma pueden causar una infección de vía aérea superior o inferior”, expresó el Dr. Pedro Piraino, alergista del Hospital Central del Instituto de Previsión Social.
Para combatir las alergias primaverales se utilizan principalmente antihistamínicos y corticoides administrados por vía oral o tópica, los que actúan bloqueando la acción de la histamina, sustancia química que se libera cuando los afectados tienen contacto con el alérgeno que le produce picazón, estornudos y mucosidad.
“Los pacientes riníticos, alérgicos siempre están más expuestos a adquirir cualquier infección, sobre todo los que no están bien tratados”, manifestó Piraino.
Si bien alrededor del 30% de las alergias son hereditarias, la gran mayoría son adquiridas y se pueden manifestar a cualquier edad. En los casos hereditarios suelen haber síntomas desde la niñez.
