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Cáncer de cuello uterino y la importancia de los controles periódicos

Cáncer de cuello uterino y la importancia de los controles periódicos

Esta enfermedad es una consecuencia de la convivencia entre el Virus Papiloma Humano (VPH) de alto riesgo con otros factores como embarazos múltiples, infecciones, entre otros.

Un chequeo ginecológico a tiempo puede prevenir el cáncer de cuello uterino, una lesión maligna que es precedida por cambios que aparecen en el epitelio (tejido parecido a la piel humana que cubre el cuello uterino). Si se detecta a tiempo, es uno de los tipos de cáncer que se trata con mayor éxito.

El Instituto de Previsión Social insta a las mujeres que hayan tenido relaciones sexuales, a que agreguen a su rutina ser evaluadas una vez al año para prevenir el cáncer de cuello uterino, enfermedad que produce un gran sufrimiento a la paciente y a su entorno familiar.

Una evaluación ginecológica no es dolorosa si se diagnostica a tiempo cualquier lesión premaligna y se trata en etapas preinvasivas, ya que, se curan completamente y se evita que avance hasta ser un cáncer invasor.

El origen de la enfermedad

El cáncer de cuello uterino es una consecuencia de la convivencia entre el Virus Papiloma Humano (VPH) de alto riesgo y otros cofactores como embarazos múltiples, desnutrición, infecciones como la clamidiasis, o el uso prolongado de anticonceptivos hormonales, inicio de actividad sexual a edad temprana, uso de cigarrillos, desnutrición, entre otros.

Hay que recordar que el VPH es una infección que genera alteraciones en el epitelio, las cuales, son conocidas con el nombre de: Lesiones Intraepiteliales (LIE).  El VPH se clasifica en bajo y alto riesgo.Es muy importante señalar que las LIE son completamente asintomáticas, es decir, no producen flujo vaginal, sangrado u olor.

Por lo general, el VPH es inofensivo y desaparece espontáneamente. El de bajo riesgo produce verrugas genitales que no ocasiona otros problemas graves de salud.  Mientras que el de alto riesgo está asociado con algunos tipos de cáncer como el de cuello uterino.

El VPH de alto riesgo induce a la aparición de las LIE de alto grado que si permanecen por más de dos años a nivel de cuello uterino pueden convertirse en un peligro latente para el desarrollo de un cáncer, siempre que convivan con ciertos cofactores antes explicados. Por ello, es necesario realizar el chequeo ginecológico anual. Las LIE generalmente aparecen entre los 25 y 35 años y el cáncer invasor aparece entre 10 y 20 años después.

La importancia de los controles periódicos

El Instituto de Previsión Social refiere que tres pruebas son básicas para prevenir las enfermedades más mortales entre las mujeres adultas: la citología, el test de VPH y la mamografía. 

Para conservar la salud, las mujeres deben realizarse chequeos periódicos toda su vida. Según la edad, al menos tres forman la lista de las pruebas básicas para tener el organismo bajo control y detectar cualquier anomalía a tiempo.

Es muy importante que todas las mujeres consideren estos controles como una rutina y consulten a un especialista en caso de presentar cualquier molestia, puesto a que en la mayoría de los casos en que se detecta una enfermedad en su etapa inicial, los tratamientos son más rápidos y efectivos recomienda el IPS.

Entre los exámenes ginecológicos de detección de cáncer de cérvix que deben realizarse las mujeres se incluyen dos pruebas: la citología, conocida como Papanicolaou o frotis de Pap y la prueba del Virus de Papiloma Humano, VPH. Ambos son recomendables desde la pubertad hasta los 70 años. El propósito de hacer la prueba de Papanicolaou es detectar células anormales que pueden convertirse en cáncer si no son tratadas.

Exámenes de detección

La prueba de Papanicolaou puede encontrar estados no cancerosos, como infecciones e inflamación, así como células cancerosas. Este examen identifica la mayoría de las células anormales antes que se conviertan en cáncer.

La prueba de VPH se usa para buscar los tipos del mismo virus de alto riesgo en las células del cérvix. Estas pruebas pueden detectar las infecciones por VPH que causan las anomalías celulares, a veces antes de que estas sean evidentes. 

De igual modo, la mamografía es una prueba básica para el diagnóstico precoz del cáncer de mama. Está indicada una vez al año luego de los 35 años y antes cuando hay antecedentes de cáncer de mama en la familia.