11 de diciembre 2025 - 15.10 hs
La alimentación es un elemento central en las celebraciones, ya que simboliza el encuentro, la unión y el afecto entre las personas. En muchas culturas, la comida representa hospitalidad y bienvenida; se comparte con los invitados como un gesto de respeto y cariño, y suele prepararse con dedicación para los seres queridos.
Las fiestas de fin de año, especialmente, son momentos en los que las familias se reúnen para compartir alimentos, fortalecer vínculos y brindar por el futuro. Sin embargo, también pueden convertirse en un desafío para mantener hábitos saludables.
La MSc. Estela Servín, jefa de la Unidad de Nutrición del Hospital Central del IPS, recuerda que “la alimentación juega un papel fundamental en nuestra salud y bienestar, incluso en las fiestas”. Advierte que el consumo excesivo de alimentos típicos de estas fechas puede generar desde molestias digestivas leves como indigestión, constipación o diarrea hasta aumentos de peso que incrementan el riesgo de enfermedades crónicas como la obesidad, la diabetes y la hipertensión. “Estas condiciones, cuando no se cuidan, pueden derivar en complicaciones que podrían ser graves”, señala.
Servín enfatiza además que muchas personas tienen familiares con enfermedades crónicas y que es importante adaptar los platos o porciones según sus necesidades. “En algunos casos se pueden personalizar ciertos permitidos y, en otros, es clave seguir estrictamente las indicaciones de los profesionales de salud. Un plato sano también puede tener el mismo valor afectivo si está decorado con amor”, puntualiza.
Consejos útiles para disfrutar sin excesos
Mantén una rutina saludable durante el día. Antes de la fiesta, evita los picoteos mientras preparas la comida. Opta por un desayuno proteico como un revuelto de huevos para aumentar la saciedad y reducir tentaciones.
Planifica tus comidas. Prioriza alimentos frescos y naturales: frutas, verduras, carnes magras y granos integrales. Elige una buena porción de proteínas (pollo, pavo, cerdo o carne vacuna) acompañada de ensaladas crudas, para así reducir el consumo de otros platos más calóricos.
Controla las porciones. Disfruta de tus comidas favoritas con moderación, sin privarte por completo. Calcula adecuadamente las cantidades para evitar sobrantes que puedan llevar a excesos al día siguiente.
Hidrátate bien. Bebe abundante agua antes, durante y después de la fiesta.
Modera el consumo de alcohol.
Después de la celebración, vuelve a tu alimentación habitual, mantén una buena hidratación y evita seguir comiendo sobras calóricas.
La MSc. Servín concluye: “Disfrutar de la compañía de nuestros seres queridos debe ser la prioridad. La clave está en la moderación y el equilibrio”.
Estas fechas nos invitan a dar menos importancia a lo que comemos o bebemos y más a las personas con quienes compartimos, porque allí reside la verdadera magia de las fiestas.
