




  
										3 de octubre 2025 - 18.28 hs.
Para muchas, octubre es el mes del recuerdo. Para otras, es el mes de la esperanza. Cada lazo rosa tiene una historia detrás: una historia de lucha, de superación o de prevención que merece ser contada.
Desde sus orígenes en los años 90, el movimiento del 'Octubre Rosa' ha crecido exponencialmente, transformándose en una campaña de concientización mundial. Lo que comenzó como un pequeño gesto para generar apoyo ha evolucionado hasta convertirse en un pilar fundamental en la batalla contra el cáncer de mama. Pero más allá de su historia, el propósito principal del Octubre Rosa es claro: recordar que la prevención y el control anual son esenciales como dice el lema “Hagamos de la Prevención una Tradición”.
En este contexto la Dra. Claudia Fretes del Servicio de Mastologia del IPS Ingavi señala en este artículo el significado de esta tradición de prevención y el impacto que sigue teniendo en la sociedad.
¿Qué es el cáncer de mama Dra. Fretes?
El cáncer de mama es una enfermedad compleja y multifacética en la que las células mamarias crecen de forma descontrolada, es decir ocurre cuando las células del tejido mamario crecen sin control, forman una masa o tumor y pueden propagarse a otras partes del cuerpo. Se inicia por células con ADN dañado que se multiplican y no mueren cuando deberían, formando un tumor maligno que puede invadir tejidos cercanos o diseminarse a través de la sangre y el sistema linfático a otras partes del cuerpo.
Se estima que en Paraguay se detectan 800 nuevos casos de cáncer de mamas por año.
Es el tipo de cáncer más común entre las mujeres a nivel mundial, aunque también puede afectar a los hombres, pero con mucha menos frecuencia. Entender cómo se comporta esta enfermedad es el primer paso para enfrentarla.
Las mamas son órganos complejos, compuestos por lóbulos que producen leche, conductos que la transportan y tejido graso y conectivo que lo envuelve todo. Dentro de este tejido, las células tienen un ciclo de vida ordenado: nacen, crecen y mueren. Sin embargo, a veces algo sale mal, y una célula puede sufrir un daño en su ADN y comenzar a multiplicarse sin control, formando una masa llamada tumor.
¿Por qué sucede este complejo rompecabezas es genético o ambiental?
La causa exacta del cáncer de mama sigue siendo un misterio en muchos casos, pero la investigación ha revelado un complejo entramado de factores que influyen en su aparición. No es una única causa, sino una interacción entre nuestra carga genética y el entorno.
El papel de la genética: Entre el 5 y el 10% de los casos tienen un origen genético hereditario, vinculados a mutaciones en genes como el BRCA1 y el BRCA2. Sin embargo, la mayoría de las personas diagnosticadas no tienen antecedentes familiares, lo que subraya la importancia de otros factores.
Factores de riesgo que podemos controlar: Nuestra forma de vida tiene un peso significativo. La obesidad, el consumo excesivo de alcohol, el tabaquismo y un estilo de vida sedentario aumentan el riesgo. Adoptar hábitos saludables, como una dieta equilibrada y el ejercicio regular, puede ayudar a reducirlo.
Factores hormonales y reproductivos : La exposición a hormonas, especialmente al estrógeno, juega un papel importantísimo, por ejemplo, tener la primera menstruación a una edad temprana o la menopausia tardía aumenta el tiempo de exposición a estas hormonas. Por el contrario, un embarazo temprano y la lactancia materna pueden reducir el riesgo.
Señales de alarma cuando debemos escuchar a nuestro cuerpo
La Dra. Fretes insiste que detectar el cáncer de mama a tiempo es crucial para el éxito del tratamiento. La mayoría de las veces, el primer signo es la aparición de un bulto indoloro en la mama o la axila, aunque es importante recordar que muchos bultos son benignos. 
Otras señales incluyen:
- Cambios en la forma o el tamaño de la mama.
 - Alteraciones en la piel, como enrojecimiento, descamación o textura de piel de naranja.
 - Cambios en el pezón, como inversión o secreción inusual.
 - Dolor persistente en la mama o la axila.
 
Ante cualquiera de estos síntomas, es fundamental consultar a un médico, no para alarmarse, sino para obtener un diagnóstico preciso.
Más allá de la sospecha el seguimiento tras un diagnóstico y tratamiento
Para confirmar o descartar el cáncer de mama, se utilizan herramientas como la mamografía, la ecografía y la biopsia. Si se confirma el diagnóstico, el equipo médico determinará el tipo y la etapa del cáncer para diseñar el mejor plan de tratamiento.
Los tratamientos han avanzado enormemente en las últimas décadas:
Cirugía: Es a menudo el primer paso, pudiendo ser una cirugía conservadora (tumorectomía) o una mastectomía, dependiendo del caso.
Radioterapia: Utiliza radiación para destruir las células cancerosas que puedan haber quedado después de la cirugía.
Quimioterapia: Se basa en medicamentos que matan las células cancerosas en todo el cuerpo.
Terapias dirigidas: Actúan sobre genes o proteínas específicos que contribuyen al desarrollo del cáncer, minimizando el daño a las células sanas.
Hormonoterapia: Se usa en cánceres sensibles a hormonas para bloquear sus efectos y frenar el crecimiento de las células cancerosas.
Inmunoterapia: Estimula el sistema inmunitario del propio cuerpo para que combata el cáncer.
Prácticas clave para una detección temprana del cáncer de mama en una mujer:
- Práctica mensual de un autoexamen de mama desde la adolescencia y durante toda la vida.
 - Una mamografía anual desde los 40 años.
 - Las mujeres con antecedentes familiares (madre o hermana) de cáncer de mama deben iniciar sus mamografías antes según prescripción médica.
 
Recuerda que la detección temprana es esencial para facilitar el diagnóstico y con ello el tratamiento.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 