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Bultos en el cuello, úlceras en la boca y cambios de voz: síntomas del cáncer de cabeza y cuello

Se trata de un grupo de tumores malignos que se originan en diferentes estructuras de esta región: cavidad oral, faringe, laringe, rinofaringe, senos paranasales, glándulas salivares y la glándula tiroides. En conjunto, representan alrededor del 7% de todos los cánceres.

Las doctoras Marta Osorio y Lisa Argüello, cirujanas especialistas en cabeza y cuello del Hospital de Especialidades Quirúrgicas del IPS Ingavi, explican que esta enfermedad es la sexta causa más común de cáncer en hombres a nivel mundial y resaltan la importancia de la vacunación como medida preventiva.

Asimismo, señalan que el consumo de tabaco y alcohol es responsable de más del 70% de los casos, y que la infección por el virus del papiloma humano (VPH) también está fuertemente asociada a este tipo de cáncer.

¿Cómo se desarrolla este tipo de cáncer?

  • El mecanismo de infección y desarrollo depende del factor de riesgo:
  • En el caso del VPH, el virus ingresa a través de microlesiones en la mucosa de la orofaringe. Allí puede integrar su material genético a las células y, con el tiempo, provocar cambios celulares que favorecen la formación del tumor.
  • En los casos asociados a tabaco y alcohol, las sustancias tóxicas generan irritación e inflamación crónica en la mucosa de la boca, laringe o faringe, lo que favorece mutaciones genéticas y la transformación maligna de las células.

¿A qué edades se presentan más casos?
El cáncer de cabeza y cuello suele diagnosticarse con mayor frecuencia en personas mayores de 50 años, especialmente en varones con antecedentes de consumo de tabaco y alcohol.

No obstante, en los últimos años se observa un aumento de casos en pacientes más jóvenes, incluso menores de 40 años, relacionados principalmente al VPH.

¿Existe relación con la genética?
Las especialistas aclaran que la mayoría de los casos no están directamente relacionados a la herencia genética, sino a factores ambientales y de exposición como el tabaco, el alcohol o el VPH. Sin embargo, en algunos pacientes puede existir cierta predisposición genética que, combinada con estos factores de riesgo, aumenta la probabilidad de desarrollar la enfermedad”.

Signos de alerta que no deben ignorarse
El síntoma más frecuente es la aparición de un bulto o nódulo en el cuello que no desaparece tras el tratamiento. Otros indicios son:

• Sangrados nasales recurrentes sin causa aparente.
• Cambios persistentes en la voz (más de 2 a 3 semanas).
• Úlceras en la boca que no cicatrizan.
• Dificultad o dolor al tragar.
• Epistaxis unilateral de repetición.
• Otros síntomas acompañantes pueden ser pérdida de peso, mal aliento (halitosis) y dificultad para abrir la boca (trismus).

¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico requiere un enfoque sistemático. Ante la sospecha de cáncer de cabeza y cuello, el paciente debe someterse a:

  • Examen clínico completo, con inspección de cavidad oral, orofaringe, hipofaringe y laringe realizado por un especialista en cirugía de cabeza y cuello u otorrinolaringología.
  • Nasofibrolaringoscopía, para una evaluación endoscópica detallada.
  • Estudios por imágenes: ecografía, tomografía o resonancia magnética con contraste, que permiten valorar la extensión local y regional.
  • PET-CT, en casos de enfermedad avanzada o búsqueda de un tumor primario oculto.

Tratamiento
El abordaje depende del estadio de la enfermedad: por ejemplo en estadios I y II, los tumores suelen tratarse con cirugía o radioterapia.

En estadios avanzados, el tratamiento combina cirugía, radioterapia y, en algunos casos, quimioterapia.

En cánceres de cavidad oral, glándulas salivares y tiroides, la cirugía constituye el pilar fundamental.

“Si notás un bulto persistente en el cuello, una úlcera en la boca, dificultad para tragar con dolor o un cambio permanente en la voz, es fundamental acudir a un especialista para una evaluación adecuada”, advierten la Dra. Osorio y la Dra. Argüello.

La detección temprana es fundamental cuando se diagnostica a tiempo, ya que las probabilidades de curación son muy altas.

Se recalca que la prevención incluye:

Dejar de fumar; reducir el consumo de alcohol y vacunarse contra el VPH.