En el marco del Día Internacional de los Niños Inocentes Víctimas de Agresión, que se conmemora cada 4 de junio por iniciativa de la ONU, el Instituto de Previsión Social (IPS) recuerda la importancia de detectar, prevenir y actuar ante cualquier tipo de violencia contra niños, niñas y adolescentes.
La licenciada Liz Aguiar, profesional del servicio de Psicología del Hospital IPS Ingavi, explicó que esta fecha busca visibilizar el sufrimiento que atraviesan los niños que han sido víctimas de agresión física, psicológica, sexual o emocional, e invita a la sociedad a tomar un rol activo en su protección.
“Los niños y niñas son sujetos de derecho, y merecen crecer en entornos seguros, amorosos y libres de violencia. La prevención del maltrato comienza con la sensibilización y el compromiso de todos”, indicó Aguiar.
¿Cómo reconocer si un niño podría estar siendo víctima de agresión?
Las señales pueden variar según la edad y personalidad del menor, pero algunas manifestaciones comunes que deben generar alerta son:
• Cambios repentinos en el comportamiento (de alegre a retraído o irritable)
• Pesadillas o problemas de sueño
• Bajo rendimiento escolar o dificultad de concentración
• Miedo inexplicable hacia ciertas personas o lugares
• Conductas regresivas (chuparse el dedo, mojar la cama)
• Autolesiones o comentarios negativos sobre sí mismo
• Aislamiento social
• Relatos ambiguos sobre castigos o contacto físico inadecuado
• Lesiones físicas sin una explicación clara
Consecuencias psicológicas de la agresión infantil
El impacto emocional puede ser profundo y duradero si no se interviene a tiempo. Algunas secuelas frecuentes incluyen:
• Trastornos de ansiedad y depresión
• Estrés postraumático (TEPT)
• Problemas de autoestima y confianza
• Trastornos del comportamiento (agresividad, impulsividad)
• Dificultades para establecer relaciones afectivas saludables
• Conductas autodestructivas en la adolescencia o adultez
¿Qué hacer si se detecta una situación de agresión?
La intervención debe ser temprana y con un enfoque integral, que incluya:
• Terapia psicológica especializada, con enfoque en trauma (como la terapia cognitivo-conductual o EMDR)
• Apoyo emocional y orientación a cuidadores no agresores
• Coordinación con instituciones educativas y judiciales, si corresponde
• Ambiente seguro y contención emocional permanente
“El acompañamiento debe respetar los tiempos del niño y centrarse en reconstruir la seguridad y la confianza en sí mismo y en su entorno”, resaltó Aguiar.
¿Cómo prevenir la agresión infantil desde la comunidad?
• Fomentar la disciplina positiva y el buen trato en la crianza
• Educar a niños y niñas sobre el cuidado de su cuerpo y sus derechos
• Crear espacios seguros de escucha y diálogo
• Capacitar a docentes y cuidadores para identificar signos de abuso
• Denunciar cualquier sospecha de maltrato
• Promover campañas de sensibilización
• Fortalecer redes comunitarias de protección a la infancia
Desde el IPS, se reafirma el compromiso con la protección de los derechos de la infancia, el fortalecimiento de entornos seguros y la atención integral de las víctimas, trabajando de forma coordinada con las familias y la comunidad.

