
Semana Santa época ideal para detenernos, mirar a nuestro alrededor y reencontrarnos con lo que verdaderamente importa la familia. Asi lo señala la Lic. Liz Aguiar profesional de Psicología del IPS Ingavi; en medio del ritmo acelerado y el uso constante de la tecnología, esta semana nos ofrece una oportunidad única para cultivar el amor, el respeto y el vínculo con nuestros hijos a través de actividades que no solo generan recuerdos felices, sino que también favorecen el desarrollo emocional y cerebral de los niños.
Aguiar aconseja que en estas fechas santas realicemos actividades pensadas en el fortalecimiento y relacionamiento familiar, dejando de lado el celular y conectando desde el corazón.
Pequeños detalles que nutren el corazón hacer chipa en familia: tradición que une generaciones
Elaborar la tradicional chipa con los niños no solo es una actividad entretenida, sino una forma poderosa de transmitir cultura, enseñar paciencia y promover el trabajo en equipo. Amasar juntos, formar las figuras y compartir historias familiares mientras el aroma llena el hogar, genera oxitocina, conocida como la hormona del amor, que refuerza los lazos afectivos y la confianza.
La visita a los abuelos y reencontrarse con los primos
La Semana Santa suele ser una ocasión para volver a casa, al interior o a los lugares donde residen otros miembros de la familia. Compartir tiempo con los abuelos y primos estimula en los niños el sentido de pertenencia, identidad y amor familiar. Estos encuentros elevan los niveles de serotonina, relacionada con la felicidad y el equilibrio emocional, y ayudan a crear memorias afectivas duraderas.
Juegos que acercan y hacen reír
Recuperar juegos tradicionales como la cuerda, escondidas, el “ludo”, carreras en el patio o juegos con pelota es una forma simple y efectiva de fomentar el compañerismo, la risa y la empatía. Además, los juegos al aire libre permiten liberar dopamina, el neurotransmisor del placer y la motivación, fortaleciendo también el sistema inmune y reduciendo el estrés.
Ir juntos al parque o a una plaza sin celulares
Caminar en familia, jugar en el parque o simplemente sentarse en el pasto a conversar sin la interrupción de dispositivos electrónicos promueve la conexión emocional real. Esta pausa digital permite al cerebro descansar del exceso de estímulos y activa la endorfina, sustancia que alivia tensiones, mejora el estado de ánimo y refuerza el bienestar físico y emocional.
Cocinar juntos platos típicos o meriendas saludables
Involucrar a los niños en la cocina para preparar una merienda, un jugo natural o un postre típico es una actividad que estimula la creatividad, el sentido de responsabilidad y el disfrute compartido. La cooperación en la cocina refuerza la comunicación y puede ser un excelente espacio para enseñar hábitos saludables mientras se nutren también los afectos.
Cine familiar en casa con reflexión final
Elegir juntos una película con valores positivos y luego conversar sobre lo que más les gustó, lo que aprendieron o qué parte les emocionó, promueve el desarrollo emocional y la expresión de sentimientos. Esta experiencia en familia fortalece el vínculo y favorece la oxitocina y la serotonina, generando una sensación de bienestar y conexión.
Dinámicas familiares con preguntas y juegos de conversación
Pueden establecer un momento al día para hacer preguntas como:
• ¿Qué fue lo mejor de tu día?
• ¿Qué es lo que más te gusta de nuestra familia?
• ¿Cómo podemos ayudarnos más entre todos?
Este tipo de dinámicas mejora la comunicación, la empatía y refuerza la autoestima de los niños, además de generar dopamina y oxitocina, fortaleciendo emocionalmente a toda la familia.
Estas propuestas de la Lic. Aguiar hará que la Semana Santa pueda convertirse en una experiencia profundamente significativa si la usamos para compartir tiempo genuino, lejos de pantallas y cerca del corazón.
Recordemos que los niños no necesitan regalos costosos ni experiencias sofisticadas para sentirse amados; necesitan nuestra presencia, nuestras palabras y nuestros abrazos