
Hoy, en el Día Mundial de la Lucha contra la Obesidad, es una oportunidad para reflexionar sobre la necesidad de prevenir y tratar esta enfermedad, y para desestigmatizarla. La obesidad es un problema complejo que afecta no solo la salud física, sino también la mental.
Según Liz Aguiar, Jefa del área de Psicología de IPS Ingavi, "la obesidad no solo es un problema físico, sino también psicológico". Aguiar señala que factores como el estrés, la ansiedad, la depresión, la baja autoestima y el uso emocional de la comida influyen en su desarrollo y mantenimiento.
La relación entre la obesidad y los trastornos psicológicos es clara. Las personas con obesidad son fuertemente estigmatizadas, tanto durante la niñez como en la edad adulta, lo que puede afectar su salud mental y emocional.
¿Cuáles son los factores psicológicos relacionados con la obesidad?
- Comer emocionalmente: Uso de la comida para lidiar con emociones como ansiedad, tristeza o aburrimiento.
- Baja autoestima y autoimagen negativa : Dificultad para aceptar el propio cuerpo y falta de motivación para el cambio.
- Estrés crónico : Puede aumentar la producción de cortisol, lo que favorece el almacenamiento de grasa.
- Hábitos aprendidos en la infancia : Relación con la comida establecida en la niñez que puede influir en la adultez.
- Depresión y ansiedad: Estados emocionales que pueden llevar a hábitos alimentarios poco saludables.
- Falta de motivación y creencias limitantes : Pensamientos como “no puedo cambiar” o “no tengo fuerza de voluntad”.
Consejos y estrategias psicológicas para mejorar el estilo de vida y prevenir la obesidad
- Conciencia y Educación Nutricional: Aprender sobre alimentación saludable sin caer en dietas extremas. Practicar la alimentación consciente (Mindfulness).
- Manejo del Estrés y la Ansiedad : Técnicas de relajación como respiración profunda, meditación y yoga. Buscar alternativas saludables para gestionar emociones (ejercicio, arte, etc.)
- Terapia Cognitivo-Conductual (TCC) : Identificar pensamientos distorsionados sobre la comida y el peso. Desarrollar estrategias para mejorar la autoestima y la motivación.
- Fomentar la Actividad Física Placentera : Elegir actividades que sean disfrutables en lugar de forzarse a hacer ejercicio. Incorporar el movimiento en la rutina diaria (caminar, bailar, jugar con mascotas).
- Construcción de Hábitos Sostenibles: Pequeños cambios graduales en la alimentación y el estilo de vida. Crear un entorno que favorezca elecciones saludables (tener snacks nutritivos a la mano).
- Red de Apoyo y Motivación: Buscar apoyo en familia, amigos o grupos de bienestar. Trabajar con profesionales (terapeutas, nutricionistas, entrenadores).
- Dormir Bien: Un sueño deficiente puede aumentar la ansiedad y los antojos por comida poco saludable. Establecer una rutina de sueño adecuada.
Aguiar enfatiza que la profesional de psicología debe enfocarse en reforzar la autoestima del paciente, ofreciendo recursos y herramientas para el control de las emociones y de los impulsos, así como técnicas de gestión de ansiedad para poder conseguir un mayor control de su ingesta. Fortalecer la salud mental, manejar las emociones y establecer hábitos sostenibles son claves para mejorar el estilo de vida y prevenir la obesidad.