
El Instituto de Previsión Social, a través de su Dirección de Medicina Preventiva y Programas de Salud, ha actualizado el protocolo de manejo de pacientes expuestos a amoníaco, con el objetivo de prevenir la contaminación cruzada entre pacientes y proteger al personal asistencial.
El amoníaco anhidro es altamente corrosivo y representa un grave riesgo para la piel, los ojos y los pulmones, incluso en concentraciones bajas. La exposición a este químico puede provocar quemaduras en la piel y los ojos, así como síntomas respiratorios severos como dolor de garganta, tos persistente y dificultad para respirar. Se considera que niveles de 300 partes por millón (ppm) en el aire son inmediatamente peligrosos para la vida y la salud.
Medidas preventivas y protocolos de seguridad
Ante la llegada de pacientes expuestos a amoníaco, el personal de salud debe seguir estrictamente las precauciones de control de infecciones y seguridad química. Estas incluyen:
Para pacientes sin descontaminación previa:
- Uso de mascarilla tipo N95/KN95 para protección respiratoria.
- Protección ocular con gafas de seguridad cerradas o careta facial.
- Uso de doble guante de látex para evitar contacto con la piel.
- Para pacientes ya descontaminados o reingresados:
- Uso de guantes.
- Uso de mascarilla en caso de síntomas respiratorios.
- Uso de bata si se prevén procedimientos con exposición a fluidos.
Este protocolo ha sido elaborado por un equipo de expertos en epidemiología y seguridad sanitaria, conformado por la Dra. Nancy Melgarejo, Dra. Lorena Grau, Lic. Ivonne Montiel, Lic. Juan Cristaldo, Lic. Antonia Amarilla, Lic. Asunción Orihuela y la Dra. Viviana de Egea, bajo la coordinación de la Lic. Sandra Cabral y la Lic. Susana Gaona.
Las autoridades sanitarias instan al personal asistencial a cumplir estrictamente estas recomendaciones para garantizar la seguridad tanto de los pacientes como del equipo médico. La prevención y el control de infecciones son esenciales para evitar incidentes de contaminación y proteger la salud pública.