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El impacto del calor en la salud mental: cómo las altas temperaturas influyen en el estado de ánimo y la depresión

La Lic. Liz Aguiar, especialista en Psicología del IPS Ingavi  señala sobre la relación entre el clima y nuestro estado de ánimo que ha sido estudiada durante décadas. Aunque comúnmente asociamos el calor con días llenos de energía y vitalidad, la realidad es que las altas temperaturas también pueden tener un impacto significativo en nuestra salud mental, especialmente en quienes padecen depresión.

El vínculo entre el calor y la salud mental en los días calurosos, si bien invitan al descanso y disfrute, pueden generar malestar físico y emocional en algunas personas. Las temperaturas extremas se han relacionado con mayores niveles de irritabilidad, ansiedad y fatiga, síntomas que pueden agravar un cuadro depresivo.

La falta de sueño, común durante las noches calurosas, también puede jugar un papel importante, dormir mal afecta la producción de serotonina, un neurotransmisor clave en la regulación del estado de ánimo. Además, los días calurosos tienden a limitar la actividad física, lo que disminuye la liberación de endorfinas, fundamentales para sentirnos bien.

Depresión y exposición solar: un arma de doble filo

Aunque la luz solar es una fuente natural de vitamina D, crucial para la salud mental, el exceso de calor puede desencadenar efectos adversos. Las personas con depresión podrían sentirse más fatigadas y desmotivadas en climas cálidos, lo que las lleva a aislarse aún más.

Por otro lado, el calor extremo puede aumentar la deshidratación, y estudios han demostrado que incluso una ligera deshidratación puede empeorar el estado de ánimo y las funciones cognitivas.

Estrategias para enfrentar el calor y cuidar la salud mental

Hidratación constante: Mantener un buen nivel de agua en el cuerpo no solo ayuda físicamente, sino que también mejora la claridad mental y reduce el malestar emocional.

Exposición solar consciente: Aprovecha los momentos de sol suave, como temprano en la mañana o al atardecer, para obtener vitamina D sin exponerte a temperaturas extremas.

Actividades en interiores: Si el calor te limita, busca alternativas dentro de casa, como yoga o meditación, que promuevan la relajación.           

Rutinas de sueño saludables: Usa ventiladores, ropa ligera y mantén tu dormitorio fresco para garantizar un descanso reparador.

Un llamado al equilibrio

El calor puede ser un recordatorio de la importancia del equilibrio en nuestras vidas. Reconocer cómo los cambios climáticos afectan nuestro cuerpo y mente nos permite adaptarnos mejor y cuidar nuestra salud mental. Si bien el verano y sus altas temperaturas son inevitables, podemos aprender a convivir con ellos de una manera que priorice nuestro bienestar.

Cuidarnos en cada estación del año es una forma de recordarnos que, incluso bajo el sol más intenso, tenemos la capacidad de buscar nuestra sombra protectora para sanar y florecer.