La profesional Lic. Liz Aguiar Jefa del área de Psicología de IPS Ingavi señala que es fundamental tener en cuenta los efectos traumáticos que la violencia genera, teniendo en cuenta que la violencia, ya sea física, emocional, psicológica, económica o sexual, genera efectos devastadores en las víctimas tales como:
Trastornos emocionales : como ansiedad, depresión y estrés postraumático (TEPT); estos pueden manifestarse como flashbacks, hipervigilancia, ataques de pánico o insomnio.
Baja autoestima : La violencia repetitiva deteriora la percepción de las mujeres sobre su valor, haciéndolas sentir culpables o responsables del abuso.
Aislamiento social : Los agresores suelen limitar el acceso a redes de apoyo, dejando a las víctimas emocionalmente dependientes.
Dependencia emocional y económica: Muchas mujeres permanecen en relaciones abusivas por miedo, dependencia financiera o falta de recursos.
Problemas de salud física : Aunque el enfoque sea psicológico, el estrés constante puede causar dolores crónicos, problemas gastrointestinales o enfermedades psicosomáticas.
Es crucial reconocer señales que puedan indicar abuso para así dar un apoyo desde el entorno:
• Señales emocionales y conductuales : Miedo constante, retraimiento, irritabilidad, justificación del comportamiento de la pareja, o expresión de impotencia.
• Lesiones físicas inexplicables: Golpes, cortes o quemaduras, especialmente si las explicaciones son inconsistentes.
• Cambios en la vida cotidiana: Ausentismo laboral, aislamiento social o evitación de actividades que antes disfrutaban.
• Relaciones de poder : Dependencia financiera, control sobre decisiones personales o signos de manipulación emocional.
Cómo apoyar a mujeres víctimas de violencia: El apoyo debe ser empático, respetuoso y enfocado en el bienestar de la mujer:
• Escucha activa : Crea un espacio seguro para que puedan hablar sin miedo ni juicios. Valida sus emociones: “Es normal sentirse así en tu situación”.
• Proporciona información: Ayuda a identificar recursos como líneas de ayuda, refugios, servicios legales o redes de apoyo comunitarias.
• Plan de seguridad : Trabaja con la víctima para crear un plan que priorice su integridad física y emocional en caso de emergencia.
• Respeto a sus decisiones : Salir de una relación violenta es un proceso complicado. Evita presionarla y respeta el tiempo que necesite.
• Red de apoyo social: Fomenta que se rodee de personas confiables que la respalden emocionalmente.
Tratamiento psicológico para mujeres víctimas de violencia: La atención psicológica es clave para la recuperación y debe adaptarse a las necesidades de cada mujer:
Terapia individual: * Enfocada en fortalecer la autoestima, manejar el trauma y promover la resiliencia. Técnicas como la terapia cognitivo-conductual (TCC) o el EMDR (desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares) son efectivas para tratar el TEPT.
Terapia grupal: Grupos de apoyo donde las mujeres comparten experiencias en un entorno seguro. Esto ayuda a normalizar sus emociones y reducir el aislamiento, entre otros.
Prevención y educación comunitaria: Para erradicar la violencia contra la mujer, es vital trabajar en la educación y concienciación social:
• Promover talleres sobre relaciones saludables, igualdad de género y manejo de conflictos.
• Fomentar programas de empoderamiento para mujeres en riesgo.
En términos de intervención, las estrategias incluyen brindar espacios seguros para que las mujeres hablen sin temor, acceso a servicios de salud mental y redes de apoyo. La violencia contra la mujer es un problema global que afecta no solo la integridad física, sino también la salud mental y emocional de las víctimas.
La violencia contra la mujer tiene consecuencias psicológicas profundas que requieren un abordaje integral. Identificar, apoyar y tratar a las víctimas es una responsabilidad colectiva que implica empatía, conocimientos adecuados y acciones concretas.
Si estás en contacto con una mujer que podría estar en esta situación, ofrecerle apoyo puede marcar la diferencia en su vida.