No todos los episodios de arritmias cardíacas o cardiopatías pueden ser detectados con estudios de rutina en los deportistas de élite. Existe un pequeño porcentaje de patologías cardíacas que no pueden ser diagnosticadas o que no se manifiestan claramente. Sin embargo, es importante aclarar que episodios fatales como el que ocurrió recientemente con un deportista de alto rendimiento uruguayo son muy poco frecuentes, aunque ya se han presentado casos aislados.
"Las guías internacionales sobre cómo evaluar a una persona que va a realizar un entrenamiento de alta competición están muy claras. Especialmente en aquellos que se dedican al deporte profesionalmente. Entre los estudios de rutina, se incluyen evaluaciones cardiológicas," refirió el Dr. Guillermo Oviedo, jefe del servicio de Cardiología del Hospital Central del IPS.
Agregó que, por lo general, dentro de las evaluaciones a los deportistas de élite se solicita una ecocardiografía para descartar una cardiopatía estructural que pueda ser diagnosticada con dicho estudio. También se realiza una ergometría, que es un electrocardiograma de esfuerzo, el cual mide la capacidad de respuesta al esfuerzo físico. "Con estos dos métodos ya se pueden descartar la gran mayoría de las patologías o determinar si el paciente no es apto para realizar actividad física de alta exigencia".
Lamentablemente, con los métodos mencionados no es posible detectar o diagnosticar el cien por ciento de las arritmias. En el caso del jugador uruguayo fallecido recientemente, se cree que sufrió una arritmia cardíaca maligna llamada fibrilación ventricular, posiblemente debido a una arritmia no diagnosticada previamente. No obstante, en la mayoría de los casos, estas afecciones sí se pueden diagnosticar, lo que debería tranquilizar a la población.
"La ecocardiografía puede definir si el paciente tiene una patología congénita, es decir, una enfermedad de nacimiento que pueda representar un riesgo para algún tipo de entrenamiento. En otros casos, hay enfermedades de las válvulas cardíacas que se pueden reparar, permitiendo que la persona pueda, en algunos casos, desarrollar una actividad deportiva," explicó el Dr. Oviedo.
En cuanto a la ergometría, se busca evaluar la respuesta de la presión arterial y la frecuencia cardíaca durante el esfuerzo. "En el caso de una persona que no realiza actividad física regularmente, la frecuencia cardíaca en reposo se mantiene entre 60, 70 y 80 latidos por minuto, pero durante el esfuerzo puede llegar a 200 latidos por minuto. Además, con la ergometría también medimos la función respiratoria," afirmó Oviedo.
Añadió que también existen casos en los que la detección de una anomalía cardíaca se realiza de manera temprana. "Tuve el caso de un chico quien tenía un gran potencial para la práctica del fútbol, pero padecía de unas arritmias que le impedían desarrollar dicha actividad. El colega con quien trabajo logró detectar el origen de esas arritmias y, mediante un procedimiento de ablación, consiguió eliminar los focos que generaban las arritmias, resolviendo en un ochenta por ciento el problema. Hoy en día, el chico está jugando."
En conclusión, para el cardiólogo, el caso del jugador uruguayo entra en la lista de pacientes no diagnosticados. "La medicina va evolucionando y debemos seguir trabajando para la detección de todos los casos. Es importante asistir al médico, hacerse los chequeos de rutina y tomar todos los recaudos necesarios," finalizó el Dr. Oviedo.