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Equipo multidisciplinario logra salvar vida de recién nacido tras singular diagnóstico y tratamiento para su edad

La trombosis en la edad pediátrica es una patología muy poco frecuente cuya mayor incidencia se ve en los recién nacidos, es muy importante el reconocer de forma temprana pues se asocia a complicaciones fatales en el desarrollo del recién nacido. 
Tiene por lo general una incidencia en la población infantil en general de 0.07 casos por cada 10.000 recién nacidos. Pero esta tasa aumenta en los recién nacidos hospitalizados en 0.24 casos por cada 10.000 recién nacidos internados en la Unidad Neonatal de Cuidados Intensivos. Durante los primeros meses de vida la incidencia de eventos trombóticos es aproximadamente 40 veces superior a las de cualquier otra edad durante toda la infancia. En Paraguay no se han publicado cifras epidemiológicas alguna respecto a esta patología y a nivel mundial hay datos escasos. 
Recientemente el 8 de febrero, un recién nacido en sus primeras horas de vida fue derivado de un centro médico del interior de país, específicamente de Concepción, con un diagnóstico de un bebé prematuro tardío 36.5 semanas adecuado para su peso y un sufrimiento fetal, el mismo nació vía una cesárea de urgencia porque el bebé estaba sufriendo entonces allí le asisten y piden su traslado a una unidad de terapia intensiva. 
Fue derivado primeramente a otro centro asistencial a nivel del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social porque no se sabía que contaba con seguro médico del IPS. Ahí llega con las piernas totalmente cianóticas (con coloración azulada) y una vía umbilical probablemente deslizada por el traslado. Personal de salud retiró esa vía umbilical y quedó hospitalizado 18 horas en ese centro asistencial para posteriormente ser derivado al Servicio de Neonatología del Hospital Central para evaluación interdisciplinaria por especialistas de cirugía vascular porque ya se sospechaba que hizo como un vasoespasmo (fenómeno patológico que se produce cuando los vasos sanguíneos se contraen de forma intensa e involuntaria, reduciendo el flujo sanguíneo a través de ellos) o una trombosis a nivel de las vías umbilicales pero no se sabía bien si era venosa o arterial como había un cuerpo extraño en esa zona. 
Al quinto día de nacido es cuando se hace el diagnóstico de oclusión total de la aorta tras varios estudios de diagnósticos y recibe su evaluación por cirugía vascular quienes indican que es necesario el ingreso a quirófano (trombectomía) para retirar ese trombo pero teniendo en cuenta que es el primer caso a nivel instituto y a nivel país en recién nacido ni siquiera se contaba con instrumentos quirúrgicos adecuados para el niño entonces contraindicaron la cirugía teniendo en cuenta la gravedad del caso y era más 100% de mortalidad que ingrese a quirófano porque prácticamente era cortar tórax y abdomen porque la localización del trombo era bastante extenso. 
Se realizaron otras interconsultas con otras disciplinas como hematología, cirugía vascular, hemodinamia cardiocirugía torácica por si en algún momento necesitaba su ingreso a circulación extracorpórea dado el caso que llegara a entrar a cirugía a corazón abierto. 
Finalmente, los especialistas de hematología decidieron hacer trombolíticos o fármacos para disolver coágulos siendo un caso que nunca se había hecho en recién nacidos al menos en el país. Nadie tenía experiencia y todos los protocolos de investigación internacional son en adultos adaptados a edad pediátrica pero ninguno en recién nacido. 
Se dividió el tratamiento en 3 fases explicándole a la mamá desde el momento uno todas las complicaciones que llevaba porque ambas terapéuticas le daban mucho porcentaje de fallecer pero era probar cual funcionaba mejor en el niño. 
Inició el viernes 16 de febrero su primer goteo de antifibrinolíticos con muy buena tolerancia, sin complicaciones, sin sangrado cerebral, sin ningún estigma de sangrado masivo por lo tanto inició la segunda fase que es un medicamento que mayoritariamente es de uso en adultos en el sector de coronarios que es alteplase. 
Se le hizo el goteo en 3 oportunidades sin complicaciones, con estudios de imágenes que controlaban posteriores a los goteos con muy franca mejoría. 
Es así que el 29 de febrero fue dado de alta médica por parte de cirugía vascular con 100% de repremilisación, sin ningún trombo aparente, sin secuelas neurológicas ni motoras de ambos miembros inferiores y el 14 de marzo luego de 35 días de internación sale del alta intrahospitalaria, va a su casa sin ninguna secuela que pudo haber dejado esa necrosis o falta de flujo sanguíneo en sus piernitas durante los 7 días porque pudo incluso llegar a requerir amputación de miembros que se evitó así como en ingreso a la trombectomía que era prácticamente fatal para su vida en ese momento teniendo en cuenta su pequeñez y la poca experiencia de los cirujanos en un paciente recién nacido. 
“A largo plazo vamos a continuar el acompañamiento del caso para ver si finalmente deja alguna secuela pero por lo menos a simple vista no hay ninguna y para el Servicio de Neonatología es un caso sumamente importante dar a conocer porque nosotros con mucho miedo y pocas chances de vida para el bebé hicimos los goteos, adaptamos los esquemas de adultos para el recién nacido y se pudo lograr con éxito al tratamiento deseado que justamente era evitar que ingrese a quirófano”, señaló la Dra. Viviana Barquinero, especialista del Servicio de Neonatología del Hospital Central. 
Agregó que “fue un trabajo en conjunto con otras disciplinas como el servicio de hematología, cirugía vascular, imágenes, cardiocirugía pediátrica fue una reunión multidisciplinaria para poder definir y saber cómo podíamos ayudarle al niño y finalmente es un éxito de todos los servicios involucrados”. 
La trombosis aortica en neonatos es un evento poco frecuente, con una alta tasa de morbimortalidad. Para mejor pronóstico a corto plazo se requiere tener una alta sospecha clínica, adecuados medios diagnósticos como ser la ecografía doppler, la angiotomografía e indudablemente la intervención multidisciplinaria como la evaluación por el cirujano vascular, así como también el hematólogo.