Con el ingreso de la estación otoñal se incrementan las enfermedades respiratorias como la gripe, resfriados, neumonías, faringitis, alergias, otitis, entre otras. La humedad incrementa las infecciones en las mucosas, y por ende muchos casos de conjuntivitis.
El Instituto de Previsión Social insta a la población a tomar las precauciones correspondientes. Usar tapabocas, lavarse las manos con agua y jabón, usar alcohol gel, usar pañuelitos desechables, observar el protocolo de la tos, no asistir a lugares públicos, ni enviar a los chicos al colegio si presentan síntomas. Discriminar los utensilios de personas enfermas de las sanas, ventilar los ambientes. Vacunarse con tiempo, sobre todo a los grupos de riesgo. No automedicarse, visitar al médico.
Las señales de emergenciaa tener en cuenta son los siguientes:
En los niños:
- Respiración acelerada o problemas para respirar
- Coloración azulada de la piel (cianosis)
- Ingesta insuficiente de líquidos
- Dificultad para despertarse o falta de interacción
- Estado de irritación tal que el niño no quiere que lo sostengan
- Síntomas similares a los de la gripe que mejoran, pero luego reaparecen con fiebre y agravamiento de la tos
- Fiebre con erupción
Además de estos síntomas, busque atención médica de inmediato si algún niño presenta cualquiera de los siguientes signos:
- Dificultad para ingerir alimentos
- Dificultad para respirar
- Llorar sin lágrimas
- Aumento significativo en la cantidad de pañales que el bebé humedece al orinar
En los adultos:
- Dificultad para respirar o falta de aire
- Dolor o presión en el pecho o abdomen
- Mareos repentinos
- Confusión
- Vómitos graves o persistentes
- Síntomas similares a los de la gripe que mejoran, pero luego reaparecen con fiebre y agravamiento de la tos.
Se recomienda no tomar ningún medicamento por iniciativa propia, lo cual, resulta altamente peligroso, especialmente en las personas de edad, las embarazadas y los niños.
Cada medicamento y cada principio activo que lo compone traen consigo una reacción adversa. Estas van desde un simple enrojecimiento cutáneo hasta problemas mayores, como un paro respiratorio.