Menu

Un simple resfrío o catarro puede complicarse en una otitis

Un simple resfrío o catarro puede complicarse en una otitis

Microorganismos patógenos del tracto respiratorio pueden circular por el conducto que comunica la faringe con el oído, dando paso a posibles y siempre dolorosas infecciones. 

Con el tiempo frío los resfríos y catarros son comunes, pero a ambos cuadros hay que prestarles atención y tratarlos a fondo porque pueden complicarse, derivando en una otitis, recomienda el Instituto de Previsión Social.

La otitis es la inflamación de las estructuras que componen el oído y generalmente está provocada por una infección.
Existen dos tipos de otitis: la externa y la media. La otitis externa afecta a las estructuras del oído externo, es decir, a aquellas que se encuentra a un nivel más superficial que la membrana timpánica, principalmente al conducto auditivo externo.

La otitis media, por su parte, perjudica a las estructuras que componen el oído medio como la caja del tímpano con los huesecillos y sus membranas.

Un intenso dolor de oído, pérdida de audición y sensación de taponamiento ótico son los síntomas más característicos de la otitis. 

Un catarro o una infección de las vías respiratorias puede derivar en otitis cuando los microorganismos que afectan a la nariz y a la faringe entran en la caja del tímpano y se implantan en la mucosa del oído medio.

Esos microorganismos suelen acceder a la caja del tímpano a través de la trompa de Eustaquio. Este conducto va desde el oído medio hasta la parte posterior de la garganta y drena el líquido que normalmente se produce en el oído medio. Si la trompa de Eustaquio resulta bloqueada, se puede acumular líquido, lo que puede causar una infección.

El hecho de que un catarro o una afección de las vías respiratorias origine una otitis se da con mayor frecuencia en personas que padecen lesiones de la membrana timpánica o perforaciones en la caja del tímpano, lo que favorece la progresión de la infección.

Esto también ocurre a menudo en niños, ya que, poseen un sistema inmunológico más inmaduro y una trompa de Eustaquio con características anatómicas y funcionales que benefician el paso de la infección.