Menu

Reliquia del corazón de San Pío visitó el Hospital Central

Reliquia del corazón de San Pío visitó el Hospital Central

El Hospital Central del Instituto de Previsión Social recibió este martes 17 de abril la visita de la Reliquia del Corazón de San Pío que visita el Paraguay, corazón de América, en conmemoración a los 30 años de la presencia en nuestro país de los Hermanos Capuchinos.

A tempranas horas de la jornada llegó la comitiva de hermanos capuchinos y con el recibimiento de las autoridades del hospital iniciaron un recorrido por las instalaciones del centro médico visitando y bendiciendo a los pacientes internados en los diferentes servicios hospitalarios como cirugía general, unidad de terapia intensiva, pediatría, cardiocirugía, urgencias, hospital día, neurología, entre otras hasta llegar a la santa misa que se desarrolló en la Capilla Madre de la Iglesia ubicada al costado exterior de la urgencia del centro médico. 

El oficio religioso estuvo presidido por el sacerdote Miguel Villasanti, hermano capuchino, y colaboradores de la congregación. En la oportunidad señalaron que esta visita fue muy significativa atendiendo a la vivencia de San Pio quien siempre asistió y consoló a los más afligidos, enfermos de cuerpo y alma.

Participaron asegurados, funcionarios administrativos y personal de blanco de la institución.
Reseña de San Pio

El Padre Pio llamado Francesco Forgione, nació en Pietrelcina (Italia) el 25 de mayo de 1887. Entró a la orden de los Franciscanos Capuchinos el 6 de enero de 1903 y fue ordenado sacerdote el 10 de agosto de 1910.

El 28 de julio de 1916 llegó a San Giovanni Rotondo donde, salvo breves interrupciones, vivió hasta su muerte, acaecida el 23 de setiembre de 1968.

En la mañana del viernes 20 de setiembre de 1918, rezando delante del crucifijo, recibió el don de los estigmas que quedaron abiertos, frescos y sangrantes por 50 años.

Vivió intensamente su sacerdocio, especialmente con la celebración de la misa y el sacramento de la penitencia.
Fundó los grupos de oración y su moderno hospital que fue llamado Casa Alivio del Sufrimiento.

Toda su vida fue marcada por muchos milagros. Debido a ellos y a los que se comprobaron después de su muerte fue canonizado por San Juan Pablo II en la plaza San Pedro, totalmente colmada de fieles el 16 de junio de 2002.