El estilo de vida puede afectar la función protectora del sistema inmune, tales como: falta de actividad física, el consumo de alcohol, ser fumador y tener una alimentación poco o nada saludable y ello conlleva a pertenecer al grupo de riesgo en presentar ciertas patologías.
Los nutrientes que obtenemos a través de los alimentos, cumplen un papel fundamental en el desarrollo y buen estado de nuestro sistema inmune. En el caso de presentarse un déficit o falta de algún nutriente este sistema disminuirá su capacidad de defendernos.
Consejos
Una alimentación equilibrada, variada y balanceada puede ayudar a fortalecer la defensa del organismo. Algunas recomendaciones de la Unidad de Nutrición del Hospital Central del Instituto de Previsión Social son:
- Consumir alimentos ricos en vitaminas esenciales como la vitamina A y betacarotenos: batata, zapallo, zanahoria, mamón; etc.
- Alimentos con vitamina C conocida en su rol en las defensas y ser antioxidante: cítricos (naranja, mandarina, pomelo, arándanos), pimientos, brócoli, kiwi y acerola.
- Tampoco deben faltar el hierro, el selenio y zinc son claves para el sistema de defensas. Los podemos encontrar en semillas de calabaza (las puedes incluir en tu avena o ensaladas), frutos secos, carnes rojas magras.
- La vitamina D tiene efectos sobre la densidad ósea y el sistema inmunitario, conocer el nivel en sangre es importante, conocer para suplementar en caso de ser necesario. Estudios científicos recomiendan pasar 10 minutos al sol 3 veces por semana en horarios recomendados para lograr su activación.
- Consumir alimentos ricos en fibra, un componente muy importante que interviene en la función del sistema inmunitario promoviendo el crecimiento de la flora bacteriana. Las encontramos en los alimentos integrales, en las frutas, verduras y legumbres.
- Elegir alimentos con probióticos, es decir, bacterias con diversos efectos benéficos sobre el sistema inmune. Los encontramos en algunos yogures.
- Vitamina B6 se encuentran en los pescados como el atún y el salmón, las legumbres, carnes magras, granos enteros y cereales fortificados; garbanzos, banana, etc.
- Vitamina B12 con niveles por debajo de lo normal se presenta disminución de células de defensa, previene la anemia megaloblastica que provoca cansancio y debilidad. Se encuentra en el hígado vacuno, huevos, pescado, leche y sus derivados.
- Vitamina E a menor consumo se deteriora nuestra capacidad inmune, ya que esta vitamina actúa como antioxidante de modo que ayuda a mantener el cuerpo sano y retrasa el envejecimiento, pertenece al grupo de vitaminas liposolubles, la encontramos en el aceite de oliva virgen, aceitunas, frutos secos, germen de trigo, el aguacate y verduras de hojas verdes espinaca, acelgas, brócoli, etc.
- Reducir el consumo de sal, evitar el azúcar y la comida ultra procesada -aquellos que tienen exceso de azúcares añadidos, productos con grasas saturadas y los alimentos con exceso de sal- como: embutidos, comidas rápidas, frituras, etc. Al consumirlos se dejan de lado los alimentos saludables que si aportan al sistema inmune, además de producir inflamación en el organismo lo que perjudica la respuesta inmunitaria.
- No se debe olvidar de consumir a diario líquidos ya sea agua o infusiones de hierbas, ya que estar bien hidratado tienen beneficios para el organismo.
- Es indispensable realizar actividad física, dormir bien, evitar el alcohol y el tabaco.
- Lavarse las manos de forma adecuada y frecuente.
Recordar la clave está en los hábitos de vida saludable.
