Menu

La pandemia, el distanciamiento social y lo que genera esto en las personas

La pandemia, el distanciamiento social y lo que genera esto en las personas

La Lic. Yolanda Giménez, psicóloga del Departamento de Medicina Preventiva del Instituto de Previsión Social, explica en este material, el distanciamiento social y lo que genera esto en las personas. 

El distanciamiento social se presenta como una práctica para reducir el contacto cercano entre las personas y frenar la propagación del virus. En este sentido, esta medida obliga a todos a ser solidarios, porque el que se cuida, cuida a los demás. Pero, desde el Servicio de Psicología explican que con el correr de los días podrían aparecer en algunas personas síntomas de confusión, malestar, ansiedad y enojo.

El ser humano es básicamente un ser social, que necesita de otros. Por eso, es necesario comprender que, en principio, el aislamiento es una medida sanitaria transitoria, que nos preserva de enfermarnos.

El miedo ante lo desconocido, en este caso el coronavirus, es una reacción normal y esperable, y nos permite poner en marcha mecanismos de afrontamiento, como los cuidados que los expertos recomiendan. El pánico paraliza y nos deja inermes, sin reacción.

La paradoja sería que si bien se requiere del aislamiento social para controlar la propagación del virus, el mismo a largo plazo puede contribuir a afectar la salud mental, que en definitiva es toda una. Por lo tanto, se sugiere evitar el aislamiento emocional. En este sentido, la época actual y su hiperconectividad pueden ser muy útil en tiempos de pandemia, explica la profesional de salud.
 
Hay que hacer uso de todas las herramientas de comunicación como video llamadas, llamadas telefónicas, mensajes, que permitan acercamientos emocionales. Evitar la desconexión y el desinterés, mantener rutinas de aseo, descanso y hábitos saludables de alimentación.

El compromiso colectivo es vital para ayudar a la contención, además es una obligación cívica. Pero más allá de las sanciones posibles, “estar en casa” podría ser una oportunidad para reencontrarse y compartir todas aquellas cosas que los escases de tiempo no nos permite a diario. 

Seguidamente, la Lic. Giménez detalló que con los adolescentes puede ser un tiempo para la conversación, poder escucharlos sin prisa, que mantengan la conexión con sus pares en forma virtual. Con los más pequeños el tiempo para el juego creativo. Con los adultos mayores de la familia mantener el contacto telefónico, la conexión ayuda a aliviar la angustia y mitigar el estrés.

Tener un propósito

Sería algo así como tener un propósito, algo que se venía postergando por la falta de tiempo, aquel libro que no podía leer, escribir sobre lo que uno siente, arreglar la casa, cocinar, alguna tarea que nos permita salir un poco del tema recurrente. Transformar lo que podría ser una situación que se impone de afuera, en ser protagonista del momento y que sea una oportunidad. 

Recomendación

•    Se recomienda no perder de vista que es una crisis transitoria, que cuando se pueda volveremos a la rutina habitual.

•    Es importante permitirse expresar los sentimientos que esta situación genera en cada uno. Es esperable sentirse ansioso, confundido, estresado y experimentar malestar. Darse tiempo para detectar y expresar lo que cada uno siente.

•    Evitar la sobreexposición a la información que desencadena ansiedad y confusión. Seleccionar los canales de información para evitar el aumento de ansiedad y compartirla con los más pequeños de la familia, sin alarmar y que contenga un mensaje esperanzador.

•    La humanidad entera se encuentra ante una situación, de la que poco conocemos y que nos desafía a cuidarnos entre todos. En tiempos de exceso de individualismo, podría ser una oportunidad para contagiarnos de solidaridad y empatía con los otros.


Aislamiento y lo que puede generar 

Junto con el aislamiento, este contexto estresante e inestable puede generar depresión; sentimientos de culpa; ansiedad; miedo a no tener suministros; temor por la salud propia y la de los demás; nerviosismo por perder el empleo o quedarse sin dinero. 

Se pueden presentar cambios en el sueño y en la alimentación; dificultad para concentrarse; recrudecimiento en los problemas de salud crónicos; complicaciones emocionales o de salud mental; así como mayor consumo de alcohol, tabaco u otras drogas. 

Segundo, el mundo virtual Las redes sociales y el internet se han vuelto nuestro principal vínculo social durante el aislamiento, permitiendo relacionarnos con los demás y trabajar de manera remota aunque igualmente pueden causarnos estrés. Los medios virtuales y las redes sociales nos ayudan a estar conectados, pero también pueden ser disparadores de ansiedad por tanta información y por creer todo lo que encontramos o nos envían. 

Covid-19 cambió nuestro estilo de vida. Es necesario establecer rutinas, horarios y actividades diarias, esto nos dará cierta sensación de control, nos ayudará a despertar temprano y a no tener afectaciones en el sueño, que inciden en el humor.