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Hipoacusia inducida por ruido

Hipoacusia inducida por ruido

Hipoacusia inducida por ruido

La hipoacusia inducida por ruido (HIR) conocida también como daño auditivo inducido por ruido (DAIR), es una patología irreversible y prevenible, ubicada dentro de las principales causas de enfermedad ocupacional.

A través de un estudio prospectivo, especialistas del Servicio de Otorrinolaringología del Hospital Central del Instituto de Previsión Social, investigaron la prevalencia de la pérdida auditiva en trabajadores expuestos al ruido en el Departamento de Mantenimiento del Hospital Central del Instituto de Previsión Social.

El Dr. César Villalba, otorrino del IPS, refirió que las ondas que constituyen el sonido, si se reciben con intensidad desmesurada, producen pérdida auditiva por excesiva estimulación del órgano de Corti, que es el encargado de la propiocepción del proceso auditivo en general, es decir, de transformar la energía mecánica de las ondas sonoras en energía nerviosa.

En la actualidad, se proponen otras nomenclaturas tales como: hipoacusia o daño coclear por sobrestimulación acústica, pues cualquier sonido, incluso la música más sublime si llega a nuestro órgano auditivo a una gran intensidad va a provocar lesiones cocleares irreversibles.

El otorrino manifestó que existen factores que influyen en la magnitud y extensión del deterioro auditivo, entre los cuales figuran: intensidad sonora (nivel de presión sonora): frecuencia del ruido, tiempo de exposición, ritmo del ruido, susceptibilidad individual y patología otológica previa. Los sonidos más dañinos son los de alta frecuencia, y el primer signo de alarma es la caída del umbral auditivo en la frecuencia 4000 Hz, evidenciable con una audiometría tonal.

Además de las alteraciones en el aparato auditivo como consecuencia de los ruidos intensos, estos también actúan sobre los centros bulbares, vegetativos, centros corticales de asociación y de la voluntad. Se ha demostrado a través de numerosas investigaciones que los sonidos intensos son factores predisponentes tanto de fatiga mental y física, que suelen reflejarse en la aparición de síntomas psíquicos, tasas más elevadas de ausentismo laboral y de inestabilidad del personal. Así mismo, puede dificultar la comunicación hablada, reducir el rendimiento y la eficacia.
Agregó que múltiples factores son inherentes al individuo y al ambiente donde se encuentra el trabajador, que lo hacen pasibles de desarrollar daño coclear por sobreestimulación acústica, por eso se considera menester insistir en las medidas preventivas y control periódico de la audición, que es totalmente evitable si se actúa a tiempo, pero irreversible una vez instalada.