Las elevadas temperaturas crean condiciones muy peligrosas para cualquier persona, ya sean sanas o a aquellas que tienen enfermedades ya establecidas, así como también es un factor de riesgo para los niños menores de 5 años y adultos mayores.
El Dr. José Ortellado, jefe de la Unidad de Terapia Intermedia del Hospital Central, indicó que, si uno se expone mucho tiempo al sol, a altas temperaturas o lugares cerrados sin mucha ventilación, la temperatura interna del cuerpo se altera, y al ocurrir esto repercute sobre 3 órganos principales: el cerebro, el corazón y el riñón. Resaltó que a nivel cerebral es más grave porque la persona puede perder el conocimiento e incluso convulsionar, que son efectos extremos de las altas temperaturas.
A nivel del corazón, a aquellas personas que no tienen ningún factor de riesgo, puede bajarle la presión, porque se empieza a perder líquido, electrolitos como el sodio, potasio, magnesio, y la persona se siente decaída y agotada.
También puntualizó el cuidado que se debe tener con los más pequeños. “Los niños, que en esta época van a la piscina, tienen que tener una buena alimentación a base de frutas principalmente, además deben tener protector solar; en el agua uno no siente el calor, pero el reflejo del sol también produce quemaduras y deshidrata”.
¿Cómo cuidarse?
Hay que prevenir. La prevención consiste en prepararse para el día. “Por ejemplo, si yo sé que voy a salir a caminar, hacer actividades físicas, o trabajar al aire libre, entonces debo llevar ropa liviana, hidratarme bien, comer frutas y alimentos de bajas calorías a base verduras”, señaló el Dr. Ortellado.
Para evitar un golpe de calor
• Hidratarse. beber agua con mayor frecuencia (aunque no se sienta sed).
• Consumir alimentos frescos, como frutas y verduras.
• Evitar bebidas con cafeína o con azúcar en exceso, muy frías o muy calientes. También el alcohol.
• Evitar comidas pesadas.
• No realizar actividad física intensa.
• Evitar la exposición directa al sol en los horarios de mayor temperatura. Utilizar protector solar.
• Usar ropa suelta, livianas y colores claros.
