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La sombra del maltrato: cómo el abuso Psicológico destruye la autoestima

19 de noviembre 2025 - 07.34 hs

Cada 25 de noviembre recordamos el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la mujer.  Fue instaurado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1999, con el objetivo de concienciar sobre la necesidad de poner fin a la violencia que se ejerce contra las mujeres.

Esta fecha conmemora el asesinato de las hermanas Mirabal, activistas políticas dominicanas que fueron torturadas y asesinadas el 25 de noviembre de 1960 por orden del dictador Rafael Trujillo. Sus muertes se convirtieron en símbolo de la lucha contra la violencia de género.

Liz Aguiar Psicóloga del Instituto de Previsión Social señala que esta fecha  busca generar conciencia sobre los diferentes tipos de violencia que sufren las mujeres, como la violencia física, sexual, psicológica o económica.

La violencia de género y la tela de araña invisible
Una verdad que sigue siendo urgente: la violencia contra la mujer no distingue edad, clase social, religión ni nivel sociocultural. Puede aparecer en cualquier hogar, disfrazarse de cariño, esconderse detrás de frases amables y muchas veces, instalarse en silencio como una tela de araña.

¿Cómo podemos salir de esa telaraña Lic. Aguiar es cierto  que no duele al principio, pero que atrapa, confunde y anula lentamente?
Cuando pensamos en violencia, muchas veces imaginamos golpes o agresiones físicas. Sin embargo, el maltrato psicológico es igual de destructivo, solo que actúa de forma silenciosa.

Es esa violencia que no deja moretones visibles, no aparece en radiografías, pero desgasta la identidad, la autoestima y la libertad interna de la mujer.

Funciona como una dominación progresiva, donde el agresor establece control a través de la crítica, los celos disfrazados de amor, la manipulación emocional, el aislamiento y la invalidación constante.

Atención con estas frases muy comunes 
“No te enojes, sos vos la exagerada.”“Yo soy así por tu culpa.”“Nadie te va a querer como yo”.

Aguiar menciona que estas alertas son pequeñas cuerdas que van sujetando, una a una, hasta que la mujer empieza a dudar de su propio valor.

¿Entonces qué pasa la mujer que se va apagando lentamente?
La violencia psicológica deteriora de adentro hacia afuera. Muchas víctimas describen que antes reían, soñaban y confiaban en sí mismas. Después, con el tiempo, ya no.

La mujer empieza a pedir permiso para existir, dejar de hacer cosas que disfrutaba, desconectarse de su círculo social, creer que tiene la culpa de todo, depender emocionalmente del ciclo de “perdón y promesas”.

¿Cómo aparece ese un círculo vicioso y peligroso?
Como la Luna de miel; Arrepentimiento (“Voy a cambiar, perdón”) Tensión Agresión (emocional, verbal, psicológica) y la repetición Ese “va a cambiar” es el lazo que más retiene.

¿Por qué muchas mujeres siguen en relaciones violentas?
No es por falta de inteligencia. No es por falta de fuerza. No es por falta de carácter. Esto ocurre por factores psicológicos profundos como la confusión emocional

El agresor suele ser encantador al inicio. Atento, detallista, seductor.

Justamente eso genera un choque emocional:

¿Cómo puede ser el mismo que ahora me lastima?

  • El enamoramiento romántico la cultura nos enseñó por años que el amor “todo lo puede”, que “hay que aguantar”, que “si te cela, es porque te ama”.
  • Este romanticismo peligroso normaliza signos que deberían ser alerta.
  • La erosión del amor propio
  • A fuerza de críticas, silencios hostiles y culpas, la mujer empieza a creer que no merece algo mejor, nadie más la va a querer, ella es “difícil”.
  • La terapia ayuda a comprender el ciclo, reconstruir la autoestima y planificar una salida segura.

Recomendaciones para reconstruirse como mujer

  • Trabajar en el amor propio como prioridad con afirmaciones, límites, autocuidado, reconexión con lo que te hace bien.
  • Volver a los vínculos. La violencia ama el aislamiento. Busca tu red.
  • Reescribí tu historia emocional; Entender por qué aceptaste ciertas cosas no te hace culpable, te hace libre.
  • Educarte en vínculos sanos Un vínculo sano NO controla, NO humilla, NO domina. Un vínculo sano suma, sostiene y respeta.
  • Reforzar la independencia emocional y económica con pequeños pasos: cursos, trabajo, proyectos personales, metas.

Aguiar recomienda a todas las mujeres que recuerde algo fundamental: No estás sola. No es tu culpa. Mereces una vida libre de violencia.