Es una fecha especial para reconocer no solo la ternura de estos animalitos, sino también el impacto positivo que tienen en nuestras vidas. La psicologa Liz Aguiar nos habla de la importancia de tener mascotas ya sean perros o gatos y en especial hoy recordando al tierno felino
¿Sabías que tener un gato o un perro puede ayudarte a sentirte mejor emocionalmente?
La Psicóloga menciona que desde el punto de vista de la Psicología se ha comprobado que tener una mascota, como un gato o un perro, mejora el bienestar emocional. No se trata solo de compañía: se trata de afecto, de rutinas compartidas y de un vínculo que muchas veces ayuda a sanar.
¿Por qué tener una mascota puede hacerte bien?
Las mascotas te da un motivo para levantarte cada día; cuidar de un ser vivo nos da sentido. Alimentarlo, estar atento a su salud o simplemente jugar un rato con él, nos conecta con la vida y con el presente.
Te acompañan sin presionarte específicamente en el caso de los gatos no invaden, pero están. Se acercan cuando lo sienten, se quedan a tu lado cuando más lo necesitas. Esa presencia tranquila ayuda muchísimo, sobre todo en días difíciles.
Reduce el estrés y la ansiedad acariciar a un gato y escuchar su ronroneo genera calma. Muchas personas dicen que sienten paz solo con tenerlo cerca.
Te enseña sobre el amor libre y sin exigencias Nos enseña a amar sin agobiar, y eso también es salud emocional.
¿En estos tiempos que se quiere humanizar a las mascotas con festejos de cumpleaños o paseos en carritos de bebé que consejos brinda Lic. Liz Aguiar?
Últimamente se habla mucho de “hijos perrunos o gatunos”, especialmente entre jóvenes que prefieren tener mascotas antes que hijos. Y si bien es válido crear un vínculo fuerte con nuestros animales, también es importante recordar que son animales, no personas. No está mal quererlos muchísimo, pero no debemos proyectar en ellos todas nuestras emociones o vacíos. Ellos necesitan cariño, sí, pero también respeto por su naturaleza.
¿Por qué humanizamos a nuestras mascotas?
Desde el punto de vista psicológico, la antropomorfización nos hace sentir más cercanos a nuestras mascotas porque facilita la necesidad de percibirlos como “personas de otra especie”, especialmente cuando convivimos y compartimos actividades cotidianas con ellos, porque somos más conscientes de los rasgos individuales de personalidad que definen y diferencian a cada individuo del resto de su especie.
Aguiar reflexiona y recuerda que cuidar de una mascota también es cuidar de nuestra salud mental.
