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Parálisis facial: la ansiedad que te puede cambiar la cara

Parálisis facial: la ansiedad que te puede cambiar la cara

Nuestro estilo de vida competitivo e irracional esa ansiedad que provoca en el día a día produce en muchos casos señales de alerta a las que deberíamos prestar atención.

¿Qué es la parálisis facial?
La Neuróloga Dra. Cinthia Fleitas de la Policlínica del Hospital IPS Ingavi nos explica sobre esta patología neurológica ella señala que se trata de una afección que se manifiesta como la pérdida parcial o total del movimiento voluntario de los músculos de un lado de la cara. Esto ocurre cuando hay una alteración en el nervio facial (séptimo par craneal), que es el encargado de controlar estos músculos.

¿Dra. Fleitas cuáles son las causas más comunes?
La parálisis facial puede tener múltiples orígenes. Entre las causas más frecuentes se encuentran:

Parálisis de Bell: la causa más común, de origen idiopático (sin causa clara), aunque se sospecha un vínculo con virus como el herpes simple.

Infecciones virales: como herpes zóster (síndrome de Ramsay Hunt), citomegalovirus o mononucleosis.

Traumatismos: golpes en el cráneo o cirugías que afecten el trayecto del nervio facial.

Tumores: que compriman el nervio facial, como el neuroma del acústico.

Accidente cerebrovascular (ACV): en este caso, la parálisis facial suele acompañarse de otros síntomas neurológicos.

Enfermedades autoinmunes: como la sarcoidosis o el síndrome de Guillain-Barré.

Enfermedades metabólicas: como la diabetes, que puede predisponer a lesiones del nervio.

¿Cómo se presenta la parálisis facial?
Estar atento con estos síntomas ya que suelen aparecer de forma súbita, y varían según la causa: por Asimetría facial: caída de un lado de la cara. dificultad para cerrar el ojo del lado afectado; pérdida del pliegue nasolabial; alteración del gusto, lagrimeo o salivación; dolor alrededor del oído (en algunos casos).

Fleitas afirma que estos casos puede afectar a personas de cualquier edad, pero es más frecuente en: Adultos entre 20 y 60 años (especialmente en parálisis de Bell) también en niños, suele estar asociada a infecciones virales o trauma. Y en los adultos mayores, puede relacionarse con enfermedades vasculares o tumores.

La neuróloga finaliza que existen tratamientos dependiendo de la causa, pero en general incluye: Corticoides (prednisona): en parálisis de Bell, iniciados idealmente dentro de las primeras 72 horas. Antivirales: si se sospecha un origen viral (como herpes) la fisioterapia facial: para mantener el tono muscular y prevenir contracturas el cuidado ocular: con lágrimas artificiales y parche nocturno, si hay dificultad para cerrar el ojo; tratamiento específico: en casos de tumores, ACV u otras enfermedades de base.

En la mayoría de los casos, especialmente la parálisis de Bell, la recuperación es completa en semanas o pocos meses. No obstante, un porcentaje puede tener secuelas.